Tres personas fueron plagiadas cada día en México el año pasado, casi el doble del promedio diario registrado los seis años previos, según las denuncias presentadas por los familiares de las víctimas.
Datos de la SSP federal señalan que, de 2002 a 2007, se denunciaron, en promedio, 1.4 secuestros cada 24 horas.
Pero en todo 2008 la cifra se incrementó a mil 28, y el único momento en que la tendencia fue a la baja coincide con la firma del Acuerdo Nacional por la Legalidad y la Justicia, el 20 de agosto de ese año.
El Estado de México fue la entidad que registró el mayor número de casos, 166; le siguieron el DF, con 151; Baja California, 102; Michoacán, 57, y Chihuahua, 56.
Lo anterior, sin tomar en cuenta la cifra negra, que se refiere a los delitos que no son denunciados.
De acuerdo con el Segundo Informe Especial sobre el Ejercicio de la CNDH, sólo se denuncia un plagio de cada cuatro.
José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, lamentó que el secuestro siga siendo un delito en aumento.
"Las corporaciones dedicadas a la investigación (de plagios) no solamente cambian de mando, sino que ponen (al frente) a quien ha obstruido el avance de (las investigaciones de) los secuestros, como es el caso de Nicandra Castro en la AFI", acusó.
Agregó que el año pasado, según datos del consejo, por lo menos 69 plagios terminaron en asesinato.
Y, mientras los reportes aumentan, los familiares de las víctimas mortales toman caminos diferentes para sobrellevar sus pérdidas.
"Opté por cambiar las cosas, incidir en el cambio de la ciudadanía, incidir en el cambio de decisiones. El hacer algo honra a mi hijo", aseguró Isabel Miranda de Wallace, integrante del Movimiento Blanco.
Silvia Escalera, madre de Silvia Vargas Escalera, la joven de 18 años que fue plagiada en septiembre de 2007 y asesinada, se refugia en la fe.
"Dios es mi mejor psiquiatra, mi psicólogo, mi familia y el amor que le tengo a mi vida", dijo la mujer, quien va a rezar todos los días a una iglesia del Pedregal desde que se registró el secuestro que costó la vida a su hija.
La PGR da atención psicológica a víctimas y familiares, pero muchos la rechazan.
"Es como ponerte en charola de plata para alguien en quien no confías", expresó Miranda de Wallace.
Alza criminal
De 2002 a 2008, el número de secuestros denunciados en el País se incrementó más de 90%.
2002: 540
2003: 582
2005: 472
2008: 1,028
(Fuente: Secretaría de Seguridad Pública)
Por
Benito Jiménez y Verónica Sánchez
jueves, 23 de abril de 2009
En 7 días plagian a 3 hermanos
Han sido los tres secuestros de sus hermanos en menos de 10 días lo que obligó a José de Jesús Esparza, originario de Cuencamé, Durango, a darles refugio en San Antonio Texas, donde él radica, a su madre María de los Ángeles Chairez y a sus tres sobrinos.
“Si no lo estuviera viviendo, de verdad pensaría que estoy contando una película. El 30 de enero unos encapuchados secuestran a uno de mis hermanos y el 6 de febrero a otros dos; es imposible”, dice José de Jesús Esparza, vía telefónica.
Estas fechas marcaron la vida de José de Jesús y anularon sus intenciones de regresar a México por la crisis financiera de Estados Unidos. “Nunca regresaré a Cuencamé, pero exijo saber qué ha pasado con mis hermanos Pablo Aníbal, José Manuel y Yovana”.
Para José de Jesús, que ha vivido esta pesadilla desde San Antonio, la inacción de las autoridades locales de Durango y federales ante el seguimiento del crimen organizado ha rebasado fronteras y ha creado un muro del silencio desde el 11 de febrero pasado, fecha en la que levantó la denuncia formal por el secuestro de sus hermanos.
José de Jesús relata que las propias autoridades de Cuancamé han expresado su temor ante los acontecimientos que en los últimos meses se han registrado.
El mismo 30 de enero, cuando secuestraron a su primer hermano, habían sido raptadas otras cuatro personas en el municipio vecino de Peñón Blanco. La característica común de los secuestrados ha sido simple: personas trabajadoras que tenían pequeños negocios en Cuencamé.
Ante el primer secuestro, la respuesta inmediata de la presidenta municipal de Cuancamé, Rocío Patricia Sotelo, fue visitar a la madre de José de Jesús para calmarla. “Le dijo que no tenía nada de qué preocuparse, pues se trataba de negociantes y que lo único que se podía hacer era esperar a saber cuáles eran sus exigencias”.
Pasaron siete días y esa llamada nunca llegó. Sin embargo, lo que sí llegó una vez más fue el terror a la familia, pues el 6 de febrero un grupo de hombres armados y embozados irrumpió en un negocio familiar de venta de cervezas, llevándose a sus hermanos Pablo Aníbal y Yovana.
“Aproximadamente a las 11:00 de la noche estos sujetos, encapuchados, tiraron a toda la clientela al piso. Golpearon brutalmente y torturaron con toques eléctricos al trabajador del billar. Finalmente, después de golpearlos, se llevaron secuestrados a mis hermanos”.
Al enterarse de lo sucedido, el resto de la familia, la madre de José de Jesús, su abuela de 95 años y los niños, corrieron a refugiarse a la alcaldía, donde les impidieron la entrada y les dijeron que no les podían proteger, porque la misma autoridad tenía mucho miedo de los criminales.
Ese mismo día, desde San Antonio, José de Jesús hizo lo imposible para que su mamá y sus sobrinos se refugiaran con él y estuvieran a salvo de cualquier agresión.
Hasta hoy, a pesar de que José de Jesús envía correos electrónicos y llama diariamente por teléfono a las autoridades, no ha recibido respuesta de las autoridades.
“Las autoridades han llegado al colmo”, señala. En una llamada sostenida con la Procuraduría General de la República (PGR), personal de la institución le dijo que por su propia seguridad se presentara en las instalaciones de la Procuraduría General de la República para recibir información del caso, porque vía telefónica no era posible hacerlo.
José ha decidido no viajar a México. No por falta de interés para saber qué ha pasado con sus hermanos, sino porque no confía en que su presencia en las instalaciones de la PGR agilice las investigaciones.
“Llevo más de 19 días lidiando con autoridades que simplemente se echan la bolita”.
Natalia Gómez Quintero
El Universal
Sábado 11 de abril de 2009
natalia.gomez@eluniversal.com.mx
“Si no lo estuviera viviendo, de verdad pensaría que estoy contando una película. El 30 de enero unos encapuchados secuestran a uno de mis hermanos y el 6 de febrero a otros dos; es imposible”, dice José de Jesús Esparza, vía telefónica.
Estas fechas marcaron la vida de José de Jesús y anularon sus intenciones de regresar a México por la crisis financiera de Estados Unidos. “Nunca regresaré a Cuencamé, pero exijo saber qué ha pasado con mis hermanos Pablo Aníbal, José Manuel y Yovana”.
Para José de Jesús, que ha vivido esta pesadilla desde San Antonio, la inacción de las autoridades locales de Durango y federales ante el seguimiento del crimen organizado ha rebasado fronteras y ha creado un muro del silencio desde el 11 de febrero pasado, fecha en la que levantó la denuncia formal por el secuestro de sus hermanos.
José de Jesús relata que las propias autoridades de Cuancamé han expresado su temor ante los acontecimientos que en los últimos meses se han registrado.
El mismo 30 de enero, cuando secuestraron a su primer hermano, habían sido raptadas otras cuatro personas en el municipio vecino de Peñón Blanco. La característica común de los secuestrados ha sido simple: personas trabajadoras que tenían pequeños negocios en Cuencamé.
Ante el primer secuestro, la respuesta inmediata de la presidenta municipal de Cuancamé, Rocío Patricia Sotelo, fue visitar a la madre de José de Jesús para calmarla. “Le dijo que no tenía nada de qué preocuparse, pues se trataba de negociantes y que lo único que se podía hacer era esperar a saber cuáles eran sus exigencias”.
Pasaron siete días y esa llamada nunca llegó. Sin embargo, lo que sí llegó una vez más fue el terror a la familia, pues el 6 de febrero un grupo de hombres armados y embozados irrumpió en un negocio familiar de venta de cervezas, llevándose a sus hermanos Pablo Aníbal y Yovana.
“Aproximadamente a las 11:00 de la noche estos sujetos, encapuchados, tiraron a toda la clientela al piso. Golpearon brutalmente y torturaron con toques eléctricos al trabajador del billar. Finalmente, después de golpearlos, se llevaron secuestrados a mis hermanos”.
Al enterarse de lo sucedido, el resto de la familia, la madre de José de Jesús, su abuela de 95 años y los niños, corrieron a refugiarse a la alcaldía, donde les impidieron la entrada y les dijeron que no les podían proteger, porque la misma autoridad tenía mucho miedo de los criminales.
Ese mismo día, desde San Antonio, José de Jesús hizo lo imposible para que su mamá y sus sobrinos se refugiaran con él y estuvieran a salvo de cualquier agresión.
Hasta hoy, a pesar de que José de Jesús envía correos electrónicos y llama diariamente por teléfono a las autoridades, no ha recibido respuesta de las autoridades.
“Las autoridades han llegado al colmo”, señala. En una llamada sostenida con la Procuraduría General de la República (PGR), personal de la institución le dijo que por su propia seguridad se presentara en las instalaciones de la Procuraduría General de la República para recibir información del caso, porque vía telefónica no era posible hacerlo.
José ha decidido no viajar a México. No por falta de interés para saber qué ha pasado con sus hermanos, sino porque no confía en que su presencia en las instalaciones de la PGR agilice las investigaciones.
“Llevo más de 19 días lidiando con autoridades que simplemente se echan la bolita”.
Natalia Gómez Quintero
El Universal
Sábado 11 de abril de 2009
natalia.gomez@eluniversal.com.mx
Cae plagiario; huyó en 2007 del 'búnker'
El presunto secuestrador Édgar Omar Caballero Morales alias "El Hampton" fue capturado por la Policía Judicial...¡otra vez!
El hombre, de 31 años de edad, fue aprehendido el lunes pasado en la Delegación Azcapotzalco, luego de que el 9 de noviembre de 2007 escapó del edificio central de la Procuraduría General de Justicia local (PGJDF) conocido como el "búnker" cuando era vigilado por agentes.
En ese año Caballero Morales fue señalado como integrante de la banda de Víctor Manuel Clorio Rosas, "El Bombón" cuya organización plagió al hijo de un empresario español.
En su empleo dentro de una empresa de maquila de ropa de Iztapalapa, una trabajadora obtuvo la información suficiente para que la banda de plagiario secuestrara al hijo del dueño.
Jesús Jiménez Granados, Fiscal para la Seguridad de las Personas, informó que el hombre de 26 años de edad fue privado de su libertad el 24 de octubre de 2007 en Iztapalapa.
Durante dos semanas, el joven fue mantenido en cautiverio en una casa de seguridad en Tecamac, Estado de México.
Las autoridades ubicaron el inmueble rastreando las llamadas telefónicas que los delincuentes hicieron a la familia para negociar el rescate y detuvieron a Clorio Rosas y seis cómplices, entre ellos "El Hampton".
Caballero Morales escapó del "búnker" de la PGJDF luego de que fue trasladado de las galeras de la Agencia 50 del Ministerio Público a las oficinas de la fiscalía Antisecuestros, localizada en el segundo piso del edificio, para que rindiera su declaración sobre el plagio.
La huída no fue detectada por ningún empleado ni por las cámaras de seguridad.
Derivado de ello, dos agentes judiciales fueron sometidos a investigación, no obstante, dos días después obtuvieron su libertad bajo caución.
Durante su libertad "El Hampton" se refugió en viviendas de sus parientes en el Estado de México hasta que fue localizado afuera de la Clínica 13 del IMSS donde acudió a cobrar su pensión.
Tras su reaprehensión, Caballero Morales fue trasladado al Reclusorio Oriente donde actualmente están presos los demás presuntos integrantes de su banda.
Conózcalo
- Nombre: Edgar Omar Caballero Morales.
- Alias: "El Hampton".
- Delito: Secuestro del hijo de un empresario español en complicidad con la banda de Víctor Manuel Clorio Rosas, "El Bombón".
- Logros: Escapó del edificio sede de la PGJDF, conocido como "El Búnker", en la Colonia Doctores sin ser detectado por las cámaras ni los policías.
Por
Henia Prado
08 de Abril de 2009
El hombre, de 31 años de edad, fue aprehendido el lunes pasado en la Delegación Azcapotzalco, luego de que el 9 de noviembre de 2007 escapó del edificio central de la Procuraduría General de Justicia local (PGJDF) conocido como el "búnker" cuando era vigilado por agentes.
En ese año Caballero Morales fue señalado como integrante de la banda de Víctor Manuel Clorio Rosas, "El Bombón" cuya organización plagió al hijo de un empresario español.
En su empleo dentro de una empresa de maquila de ropa de Iztapalapa, una trabajadora obtuvo la información suficiente para que la banda de plagiario secuestrara al hijo del dueño.
Jesús Jiménez Granados, Fiscal para la Seguridad de las Personas, informó que el hombre de 26 años de edad fue privado de su libertad el 24 de octubre de 2007 en Iztapalapa.
Durante dos semanas, el joven fue mantenido en cautiverio en una casa de seguridad en Tecamac, Estado de México.
Las autoridades ubicaron el inmueble rastreando las llamadas telefónicas que los delincuentes hicieron a la familia para negociar el rescate y detuvieron a Clorio Rosas y seis cómplices, entre ellos "El Hampton".
Caballero Morales escapó del "búnker" de la PGJDF luego de que fue trasladado de las galeras de la Agencia 50 del Ministerio Público a las oficinas de la fiscalía Antisecuestros, localizada en el segundo piso del edificio, para que rindiera su declaración sobre el plagio.
La huída no fue detectada por ningún empleado ni por las cámaras de seguridad.
Derivado de ello, dos agentes judiciales fueron sometidos a investigación, no obstante, dos días después obtuvieron su libertad bajo caución.
Durante su libertad "El Hampton" se refugió en viviendas de sus parientes en el Estado de México hasta que fue localizado afuera de la Clínica 13 del IMSS donde acudió a cobrar su pensión.
Tras su reaprehensión, Caballero Morales fue trasladado al Reclusorio Oriente donde actualmente están presos los demás presuntos integrantes de su banda.
Conózcalo
- Nombre: Edgar Omar Caballero Morales.
- Alias: "El Hampton".
- Delito: Secuestro del hijo de un empresario español en complicidad con la banda de Víctor Manuel Clorio Rosas, "El Bombón".
- Logros: Escapó del edificio sede de la PGJDF, conocido como "El Búnker", en la Colonia Doctores sin ser detectado por las cámaras ni los policías.
Por
Henia Prado
08 de Abril de 2009
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