Considera Martí que se deben comprar aparatos para localizar el origen de las llamadas telefónicas
Por Diana Martínez
Grupo Reforma
Ciudad de México (16 mayo 2009).- El Gobierno ha destinado importantes recursos económicos y humanos para el combate al narcotráfico y descuidado otros delitos que lesionan seriamente a la ciudadanía, como el secuestro o la violación, advierte el empresario Alejandro Martí.
A casi un año del secuestro y asesinato de su hijo y a unos días de que la historia se repitiera con el joven Antonio Equihua, Martí alza la voz y exige a las autoridades locales y federales invertir en el combate al secuestro.
El también presidente de Sistemas de Observación para la Seguridad Ciudadana SOS acusa que en México se carece principalmente de equipo con tecnología para abatir este delito.
"Debemos destinarle fondos especiales a las procuradurías antisecuestros para comprar los equipos que sean necesarios, para tener secciones antisecuestro de primer mundo.
"No es posible que hasta la fecha no tengamos los aparatos más avanzados para geolocalización telefónica, que podamos precisar de dónde sale una llamada cuando se cometa el secuestro", critica Martí.
De no invertirse en esta problemática, advierte, el secuestro continuará formando parte del paisaje urbano.
"Van 300 días (del Acuerdo Nacional por la Seguridad) y la lucha al narco ocupa muchos recursos que no van al combate de otros delitos como secuestro, violación", señala.
Incluso pone el dedo en la llaga: aunque en número los secuestros vienen a la baja, los niveles de crueldad de quienes los cometen y la impunidad son indignantes.
Por eso, dice, la ciudadanía está insatisfecha, sobre todo cuando continúan registrándose secuestros y asesinatos como el de su hijo o el de Antonio Equihua, a cuya familia ofreció ayuda para evitar que el crimen quede impune.
"Yo creo que ellos (los familiares de Antonio) están con ganas de no hacer nada, porque a mí me pasó. Lo que sucedió es terrible, estoy completamente seguro que tendrán que pasar por un proceso de sanación, en el momento que ellos estén dispuestos a contactarme estaré dispuesto a ayudarlos", afirma.
Ante la impunidad que prevalece en la lucha contra el secuestro, el empresario urge a construir cárceles de máxima seguridad para secuestradores, en las que no tengan ningún beneficio como la visita íntima.
La impunidad que predomina en el secuestro, señala, va acompañada de un incremento en la violencia, pues a pesar de que se pagan los rescates, las víctimas son asesinadas.
"Hay una degradación moral impresionante entre los integrantes de las bandas. Antes había reglas no escritas con respecto a la delincuencia: no se atacaban a los niños, a las mujeres; había una especie de códigos.
"Hoy no existen reglas, hoy las formas son sangrientas, crueles y diabólicas", lamenta.
A pesar de la tragedia que vivió por la pérdida de su hijo, el empresario considera que implementar la pena de muerte no es la mejor opción, ya que el principal problema es la escasa detención de los delincuentes.
"No podemos dejar la agenda de seguridad en el olvido. Los 100 primeros días después del convenio se atraparon muchos secuestradores, los siguientes 200 días fueron muchísimos menos", alerta.
Aunque el plagio y asesinato de su hijo derivó en la marcha del movimiento Iluminemos México, descartó que otra movilización de ese tipo tras lo ocurrido a la familia Equihua sea lo más indicada.
Hace nueve meses, en el evento en el que se firmó el Acuerdo Nacional por la Seguridad, Alejandro Martí removió conciencias entre las autoridades al reclamar:"Señores, si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo, si no pueden: renuncien".
Ahora, en retrospectiva, el empresario considera que esa no es la solución.
"El cambio", reflexiona, "podría significar un retraso; se debe apuntalar, no renovar totalmente".
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